Un grupo de investigadores de la Universidad de Southampton (Reino
Unido) y la Universidad de Tecnología de Eindhoven (Holanda) han
desarrollado una tecnología capaz de almacenar ingentes cantidades de
información, unos 360 TB en un solo disco, lo que supone cien veces más
que los soportes actuales. La información, además, y esto es lo más
importante, puede perdurar sin deteriorarse durante más de un millón de
años. A ello contribuye también una gran estabilidad térmica, que
permite al sistema resistir sin inmutarse hasta los 1000° C de
temperatura.
Gracias al láser ultrarrápido, la información se escribe en
nanoestructuras forjadas en cuarzo fundido y se almacena en cinco
dimensiones. En efecto, cada punto o “bit” de información dentro del
cristal se codifica basándose en cinco parámetros: su posición
tridimensional dentro del cristal (x, y, z), además del tamaño y la
orientación de las nanoestructuras.
“Estamos desarrollando una memoria muy estable y segura usando cristal,
lo que puede ser de gran utilidad para las organizaciones con archivos
grandes. En la actualidad cualquier archivo está a salvo apenas entre
cinco y diez años, pues la memoria de los discos duros es relativamente
corta. Los museos que deseen preservar información u organizaciones como
archivos nacionales, donde se tienen enormes cantidades de documentos,
se verían enormemente beneficiadas” por esta tecnología, explica Jingyu
Zhang, del Centro de Investigación Optoelectrónica y director de la
investigación.
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